En este ensayo se analizara la posibilidad de
cambiar el destino a través del sueño, el desdoblamiento del personaje
principal, la focalización y los procedimientos literarios en los cuentos “La Noche boca arriba” de Julio Cortázar
y “El Sur” de Jorge Luis Borges.
Además, se mostraran los efectos que causan en el lector.
En primer lugar, en ambos relatos se produce el
desdoblamiento. En el texto de Borges se manifiesta en el protagonista a través
de dos hombres, el hombre intelectual, que se puede asimilar a la imagen del
padre Alemán, con una muerte no deseada, y obligada y el hombre de acción
relacionado con el abuelo Argentino que además se asimila con el Martín Fierro
con una muerte deseada y valiente, en el sur.
El desdoblamiento en Cortázar se produce en el
hombre que choca y tiene un accidente y el Moteca, a través del sueño. Allí los
límites entre la realidad y el sueño empiezan a desdibujarse, esto también
sucede en Borges. En Cortázar al principio del cuento utiliza el doble espacio
para cambiar de la realidad al sueño pero al final el pasaje no tiene ningún
corte: “…Con la mano sana esbozó un gesto hacia la botella de agua; no llego a
tomarla, sus dedos se cerraron en un vacío otra vez negro, y el pasadizo seguía
interminable”.
En los dos cuentos hay dos mundos bien
diferenciados. En Cortázar, en el presente, es de día, el hombre se encuentra
en la ciudad en el siglo XX. “…Quizá algo distraído, pero corriendo por la
derecha como correspondía, se dejó llevar por la tersura, por la leve crispación
de ese día apenas empezado”
En cambio, en el pasado es de noche: el Moteca está
en el medio del campo y las malezas en la época precolombina “…Espero, tapado
por las ramas de un arbusto y la noche sin estrellas”.
Borges utiliza los intertextos que dan cuenta de
cómo leer este cuento, al principio las mil y una noches ella logra cambiar su
destino a partir de la ficción y hay que leerlo como Sherezade, hay que leer
como Dahlmann cambia su destino de muerte no deseada a través de su propia ficción, el inventa su
propia muerte deseada. El Martín fierro que tiene que ver con el pasado
literario que está representado en el viejo que es en ese sentido el que le
tira la daga.
En Cortázar también tiene que ver con un mundo real
y con uno de sueño, pero a su vez hay cosas que tienen que ver ya no con un
mismo hombre sino que se es otro. En La
Noche boca arriba” es completamente otro, no tiene que ver con el deseo, no
hay una muerte deseada y una muerte no deseada. Hay un absolutamente otro que
de pronto se descubre dentro de sí mismo como si fuera el también, con una
sensación de ajenidad.
En el cuento de Cortázar y en el de Borges hay un
desdoblamiento que está relacionado con la focalización en tercera persona que asume el punto de vista de los
protagonistas. Hablamos de él o los porque es un desdoblamiento. En Cortázar
esto alcanza porque al final hay un cambio en el punto de vista, entonces el
chico de ciudad ya no es el punto de vista de él sino que es el punto de vista
del Moteca. Allí es donde se genera ambigüedad porque no sabemos quién es el
que sueña y quien es el soñado. No sabemos si sueña el Moteca con que él era un
chico de ciudad o si el chico de ciudad sueña con que era un Moteca, entonces
sueñan muertes diferentes cada uno de ellos. Esto es importante porque la
focalización genera la ambigüedad “…vio la figura ensangrentada del
sacrificador que venía hacia él con el cuchillo de piedra en la mano. Alcanzó a
cerrar otra vez los párpados, aunque ahora sabía que no iba a despertarse, que
estaba despierto, que el sueño maravilloso había sido el otro; un sueño en el
que había andado por extrañas avenidas de una ciudad asombrosa, con luces
verdes y rojas que ardían sin llama ni humo”.
En Borges al hablar desde el punto de vista de una
persona que está muriendo y que está soñando una muerte deseada influye en la
ambigüedad pero el que en realidad influye en la ambigüedad es otra voz en el
texto que es una voz en tercera persona omnisciente que es la que dice “…a la
realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos” eso no lo dice o no
lo piensa el personaje principal. Es la voz que nos dice cómo leerlo, que se
lee como una realidad simétrica y anacrónica, el mismo narrador aparece al
final cuando dice “…sale a la llanura y empuña el cuchillo”.
La focalización en ambos textos literarios es la
misma pero funciona de diferentes maneras, porque Borges combina el narrador
omnisciente con la narración en tercera persona que asume el punto de vista del
personaje.
Por último, en ambos cuentos se utilizan diferentes
procedimientos literarios para generar ambigüedad.
Cortázar para generarla usa procedimientos más
tradicionales como imágenes sensoriales, que utiliza en el sueño. Allí el
lector se preguntara si no es demasiado real para ser sueño “…primero un olor a
pantano, ya que a la izquierda de la calzada empezaban las marisma”. Además,
utiliza sinécdoques “…alguien con guardapolvo dándole de beber un trago que lo
alivie en la penumbra”, el autor las utiliza para que el lector se dé cuenta de
que es una persona que ha tenido un accidente y está confundida. Por el
contrario, en el sueño usa imágenes sensoriales y muestra una “realidad” muy
clara: esta persona sueña olores, siente el tacto en la piel, sensaciones muy
vívidas y experienciales, esto genera en el lector la duda. Hay una inversión
que anticipa el final, una realidad que parece confusa y un sueño que parece
totalmente claro a pesar de que el sueño es de noche y el accidente de día.
En “El Sur”
se usan recursos diferentes a los de Cortázar para generar ambigüedad, por
ejemplo, el uso de los tiempos verbales que establecen una contradicción. Al
final del cuento cuando aparece el pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo, “hubiera sido”, es un tiempo que expresa
la imposibilidad absoluta, eso ya no puede pasar entonces cuando dice “…Sintió
que si él muriera en una pelea a cuchillo a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta. Sintió que si él,
entonces, hubiera podido elegir o
soñar su muerte, esta es la muerte que hubiera
elegido o soñado”. Eso no paso nunca, si él hubiera elegido pero no pudo,
él no lo eligió, ya no pasó. Sin embargo, inmediatamente en el párrafo
siguiente, pasa al presente de indicativo que es la seguridad y la certeza
absoluta, que es la muerte frente al compadrito. “…Dahlmann empuña con firmeza
el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura”. Así termina el
cuento. En esta paradoja de lo imposible con lo absolutamente cierto. En el
borde de la paradoja y la contradicción. Agrega una tercera posibilidad
habilitada por el adverbio “acaso” que nos dice que a lo mejor si supo manejar
el cuchillo, salió a la llanura y mato al compadrito que lo desafío, porque con
la clave autobiográfica que nos brindó el autor que dice que el si se salvó de
la de la septicemia, más todavía podemos avalarla. Hay tres posibilidades: la
muerte en el sanatorio, la muerte frente al compadrito y la última, que no
murió, mato al compadrito y se salvó.
Ambos utilizan pautas de lectura. Borges utiliza
pautas textuales que tienen que ver con las frases que aparecen, la frase “…a
la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos” significa por un
lado la muerte simétrica, las dos muertes que están opuestas pero a la vez son
al mismo tiempo y por eso son paralelas y opuestas. La ciudad de 1939 que no es
la que se describe en el relato y que en ese sentido es anacrónica, se nos
describe una ciudad que es del pasado. La simetría y los anacronismos nos dan
una pauta de lectura de cómo hay que leer lo que sigue en el cuento. Hay que
leerlo simétricamente y hay que leerlo como una anacrónia que no es real porque
está soñando.
Borges adema utiliza el símbolo del sur como una contradicción
que muestra al mismo tiempo lo conocido y lo desconocido, las pautas de
lectura, y las analogías, todo esto es lo que genera a través del cuento el
ambiente de ambigüedad que no sabemos cómo muere Dahlmann o si muere porque ni
siquiera sabemos si muere o no.
En conclusión podemos decir que el objetivo de los
dos autores es generar ambigüedad y duda en el lector, mediante diferentes métodos
y teniendo en cuenta un montón de herramientas como lo son, las pautas de
lectura, intertextos y tiempos verbales.